SER CLOWNSULTOR EMPRENDEDOR

Tengo que dar las gracias a una seguidora del blog de mi colega Josep Julián por el comentario (yo soy clownsultora) con motivo de su post "hagamos el humor". Caray, me gustó y ha inspirado tanto que sin dudarlo me he puesto a escribir sobre esta creación del personaje creativo porque habla mucho de cómo un emprendedor puede encontrar y desarrollar su especialidad profesional.

Sí, tengo desarrollada la faceta de clownsultor emprendedor por haber creado mi propio mundo creativo, mi guión profesional como esencia de la conexión con mi corazón, de mis expresiones, de sacudirme las ideas preconcebidas (muchas veces nos cierran al talento) y alimentar el alma de instantes de felicidad gracias a compañeros, clientes y familia.

Y cierto es que somos muchos los coaches, consultores, terapeutas, etc que utilizamos la imaginación, la creatividad y el sentido del juego responsable a través de la máscara más poderosa del mundo, la nariz roja (actitudinalmente). Siempre en animo de seguir descubriendo el sentido del humor propio, enfrentándonos al sentido del ridículo, y pudiendo reírnos de nosotros mismos y de nuestra “locura” (gracias Néstor y Marina y compañeros de formación en clown continuo).

A mi en particular me gusta el sentido y esencia de antihéroe que tiene el clownsultor por mostrar la inocencia (escuchar al niño interior), por la simplicidad en las dificultades (menos es más), por la aceptación de ser diferente y conciencia en tus valores, especialmente donde hay conductas rígidas o cerradas (siempre respetables). El clownsultor que yo he creado nace siempre de nuestro interior y toma nuestro carácter para formar su propia identidad (te conecta con tus otros yoes creativos y que desoímos por el qué dirán).
Antihéroe que hace mucha falta en esta sociedad española adormecida (emocionalmente en encefalograma plano) muy políticamente correcta, insulsa y con falta de expresividad de ponerse en evidencia ante lo más autentico de tú talento (muchos no ser arriesgan dicen cuando es lo contrario!). El pudor, la vergüenza, el ridículo… no nos aporta nada nuevo, ni valioso y en todo caso nos impide conocernos, crecer y madurar en nuestra identidad social y profesional.

Hace falta tener muchas narices (de la actitudinal clown) para ir contracorriente en términos absolutos ¿Quién rompe los bloqueos mentales?, ¿Quien crees que te sacará de aquí excepto tú mismo?, ¿A qué esperar para mostrarte autentico?, ¿Cuánto vale tu autenticidad?. Sin duda este riesgo de ser diferente aunque autentico en su espontaneidad y sin querer esconder la vulnerabilidad (no la imitación de nadie), te da una satisfacción personal interior de saber que resuenas cuando los demás te dan el reconocimiento personal y profesional.

Te animo que despiertes tu curiosidad que te lleve al descubrimiento a las profundidades que hay dentro de la "lógica" del clownsultor (de ti), seguro que descubres que puedes emprender un camino especial y poderoso para ti sin tener que especular más con tus sentimientos y emociones.