martes, 19 de enero de 2010

VAYA, ME TENGO QUE REUNIR OTRA VEZ!

Decía con cierta ironía Fred Allen que para matar el tiempo, el arma perfecta es la reunión de una comisión. Seguramente tiene todo el sentido del mundo teniendo en cuenta el humor de los asistentes cuando salen de alguna de más de una hora de duración (especialmente cuando va hasta el mensajero)

He asistido a todo tipo de reuniones (de altos vuelos, en la escalera y hasta por teléfono) y os aseguro que una reunión eficaz ha de ser un punto de encuentro de profesionales involucrados en la agenda y con predisposición activa de colaboración, con el fin de alcanzar los objetivos establecidos para esa reunión y como contribución al objetivo general de la empresa (unidad de negocio, partner, delegación, fábrica), donde la participación, la colaboración y la integración serán claves para el desarrollo de la conducción de la reunión (además de un buen catering por favor!).

Si la reunión es conducida adecuadamente por alguien avispado será el mejor “medio” de gestión, pero si no, se originaran pérdidas de tiempo y de confianza del núcleo menos duro del comité, equipo o directivos, con lo que supone desde el punto de vista cuantitativo y cualitativo (están las cosas como para perder algo más en el camino...)

¿Cuales son las causas?, ¿Quienes las originan?. Bien, las causas de falta de eficacia en la conducción de reuniones puede ser por falta de un objetivo concreto sumado a la ausencia de un orden del día lo que genera una falta de interés, confianza y participación, permitiendo la susceptibilidad de los asistentes, ¿Les suena?

¿Queréis más?. Pues si encima quien dirige tiene falta de talento y habilidades de comunicación en el momento oportuno hará que le crezcan los enanos con nuevos protagonistas que no se esperaban (siempre esperan oportunos para mostrar su venganza). El ejemplo es cuando se convoca una reunión a una hora inapropiada, reuniones demasiado largas, con exceso de participantes o incluso con participantes no previstos que aparecen para desmotivar hasta el más osado y fiel a la empresa.

Desde luego no pretendo desmoralizar, ni hacerles perder el tiempo desde esta reunión consigo mismo de 5 minutos de lectura a través del post. Todo lo contrario... quiero decirles que con equilibrio, serenidad, buena gestión y suerte podrán salir vivos de la siguiente que ya está a la espera de una nueva víctima. ¡Feliz reunión!

6 comentarios:

  1. Buenos días Diego,

    sin dejar de estar de acuerdo contigo, no creo que exactamente la causa esté en la metodología de la propia reunión (objetivo, agenda, habilidad de comunicación, predisposición...). Creo que es un causa previa, la falta de saber trabajar fuera de las reuniones y la falta de comunicación continua en la organización y el exceso de individualismo.

    Una Organización no es más que una macroreunión compuesta de minireuniones.

    Un saludo

    Sí creo en las otras reuniones:

    http://alex-elusodesimismo.blgspot.com/2010/01/si-creo-en-las-otras-reuniones.html

    ResponderEliminar
  2. Buenos días Alex me alegra coincidir en tu punto de vista porque en la vida hemos de desarrollar más los "comos que los ques". Esto implica preguntarnos ¿de qué forma hacemos lo que hacemos bien o mal?. La reflexión de nuestras preguntas nos lleva a dar solución desde la buena voluntad a los retos como son las reuniones.

    Ahora mismo me voy a tu blog!

    Un abrazo y gracias por pasarte.

    ResponderEliminar
  3. Hola Diego:
    Cuando se trata de temas relacionados con la gestión del tiempo y la gestión de reuniones se me encoge un poco el ombligo porque son disciplinas que me gusta más practicar que enseñar porque creo que las orientamos más a lo que debemos evitar que a lo que tenemos que hacer.
    En la organización más eficiente que conozco no se celebra reuniones de duración superior a los diez minutos ni nadie puede reunirse más de tres veces al día lo cual elimina toda posibilidad de bombardeo, resistencia, divagación o divismo a cambio de tener que llevar los deberes preparados.
    Tendrán otros defectos, pero ese no.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  4. Gracias Josep Julián, llego a la conclusión de las organizaciones inteligentes son las que tienen personas y talento inteligentes. En cualquier caso mi sentido del post era más reirme/nos de lo ridiculo que resulta estar escuchando bobadas pierdetiempos para seguir masajeando el ombligo de quien más tarde será embullido por una bestia más grande.

    El sentido del humor es vital para acompañarlo a la excelente gestión que has propuesto, tomo nota!

    Un abrazo y siempre un placer recibir tus palabras llenas de sentido.

    ResponderEliminar
  5. Recuerdo una vez le dije a un exjefe que tenia más de treinta horas de reuniones en una semana, que no podía ser… Me contestó que ir a las reuniones era mi trabajo. Indudablemente lo encontré ‘atravesado’. Curiosamente él ha sido una de las personas que gestionaba mejor una reunión y también el seguimiento de las acciones que salían de ella.

    ResponderEliminar
  6. Gracias Gabi por tu nueva visita. Que pasada tener un trabajo basado en 30 horas de reuniones. Desde luego como para no ser un gran gestor, sólo faltaba!

    Honestamente estoy más en la línea de Josep Julián, cortas, concretas y a una hora temprana con un buen café y olor a colonia!

    ResponderEliminar