¡HOY PUEDE SER UN GRAN DÍA!

Tenemos demasiadas "cosas". Demasiados objetos, demasiados gastos, demasiado trabajo, demasiados compromisos, hasta demasiada imagen que dar a los demás. Todos esos demasiados son una sobrecarga de estrés que cuanto más acumulamos, tanto más pesa la carga. Carga que se amontona a nuestro alrededor en forma de relaciones y cosas inservibles que forman un muro en nuestra mente que nos aparta de la naturalidad, de la felicidad, de ser tú mismo. ¡Bonito panorama!

Todos pensamos seguramente que muchas de las cosas que adquirimos compulsivamente (dichosos sentidos al servicio del marketing) nos iban a hacer la vida más cómoda, más bella y libre. Pero en general escucho con frecuencia lo contrario desde una clara desorientación: Tengo la impresión de estar atrapado en una jaula dorada cuyos barrotes son el “deber” y el “tener”. Y, al perder la libertad de ser, pierdo la alegría de vivir. Por eso voy a simplificar mi vida. Voy a arrojar lastre de una manera muy directa.

¿De cuantas cosas podemos prescindir?
¿Se puede regalar a otros que lo necesiten?

¿Crees que vas a perder calidad de vida?

¿Ves problemas u oportunidades?

¿Has aprendido algo desde la revisión de los gastos?

¿Tienes que invitar a gente a casa sólo por devolver su invitación?

¿O por hacer contactos que te pueden resultar útiles?

¿Cuánta libertad de movimiento puedes conseguir con una decisión?

¿Has probado otras opciones que no te aten tanto?

Os propongo hacer una lista de las cosas que quieras limitar o quitarte de encima (yo ya la he hecho, menuda limpia!). Así, poco a poco, se puede simplificar tu vida cotidiana y porque no conseguir algo de espacio en la casa (si es la famosa casa de 35m2 del gobierno...) Según se avanza en el proceso de descarga anota tus nuevas ideas, posibilidades y por supuesto tus sensaciones y emociones no importa cuáles sean porque justo en ese comento comienza tu libertad si has tomado consciencia.

Entonces hoy ¿Puede ser un gran día? como decía la canción de Serrat y la maravillosa película Elsa & Fred. Pues sin duda sí. Hay que dejar de ser vaguetes para sacar nuestra versión más optimista, nuestra mejor sonrisa si decidimos dejar de pensar y actuar que estamos metafóricamente en un callejón sin salida. Y es que estamos casi siempre chocando contra una barrera infranqueable, es decir con nuestras creencias y paradigmas, que por más vueltas que le damos al asunto nos cuesta un mundo encontrar la solución, aunque probablemente estés muy cerca de ella de lo que parece.

El primer paso para encontrar tú tarareo del "hoy puede ser un gran día" es afrontar con actitud positiva y vitalidad las posibilidades que se ocultan en los problemas. Para hacerlo, concentra tus esfuerzos en la solución, y no en el problema. Y hacerte preguntas estimulantes sino tienes a tu coach favorito: ¿de qué forma hago lo que hago?, ¿cómo puedo utilizar esto?, ¿cómo puedo cambiarlo?, ¿cómo puedo hacerlo más sencillo?. Actuando así, verás cada dificultad como una invitación a cambiar tu mundo, ¡venga, chicos-as, coger el toro por los cuernos!.

El segundo paso es tomar perspectiva mentalmente para no multiplicar los efectos de nuestra visión negativa como si estuvieses en un callejón sin salida, y pudieras regresar al último cruce donde todo comenzó. Al mirar desde una perspectiva diferente las situaciones que parecen no tener salida, se producen hallazgos inesperados y posibilidades que ahora si existen. ¡Hoy puede ser un gran día porque es más sencillo enfrentarse a una encrucijada que a un muro!