miércoles, 28 de diciembre de 2011

¿CÓMO ARREGLO UN CONFLICTO EN NAVIDAD?

¿Estresado y/o agotado de la primera etapa navideña?, ¿Algún conato de conflicto?. Pues no me extrañaría que vuestras respuestas fueran afirmativas!. Comer, beber y discutir como un becerro aceleran los disgustos como las ventas de antidepresivos en esta época navideña, más de un 40%.

Puedo decir por propia experiencia que los encuentros familiares en Navidad son una prueba de fuego a la capacidad de diplomacia. Hay muchas personas que callan por miedo a la reacción del otro ocultando sus sentimientos. ¿Acaso no te has dado cuenta cuando tu cuñado te apunta con la pata de la cigala con un tema impertinente?

Al margen del sentido del humor que siempre hay que tener para estos empachos de ego, es evidente que la tristeza u otras emociones parecidas, se producen en Navidad por el cambio de ritmo al que no siempre estamos acostumbrados. Un simple recuerdo de alguien familiar importante o los niños corriendo como posesos con lucecitas ya alimenta este estado emocional alterado.

Propongo de primeras no enfrentarnos en lo personal, no conduce a nada por mucho que te apetezca hacer guerra de pasteles, te lo aseguro!. Tengo claro que es mejor discrepar y ver las perspectivas sin llegar a resolverla, que resolver la cuestión por narices para que todos se calmen. No debatirlo eficazmente hará que vuelva el tema en las siguientes navidades como el cordero de tu tía Paca.

Es más, no creo en el valor de estar todos de acuerdo a la primera porque estimo que hay un valor enorme, sobre todo emocional, en la discrepancia. Aprende en directo a expresar tus sentimientos aunque sea con esfuerzo, te sentirás liberado y harás disfrutar a los demás. Por supuesto evita el cuchicheo por detrás para ganar puntos.

Entonces ¿Por qué tantas veces lo temes o lo evitas?, ¿A qué le das importancia en un conflicto?. Una y otra vez me arriesgaré a decir que es uno mismo quien se defiende de sus miedos (de entrar en conflicto) y no tanto del tema de discusión. No es el desacuerdo lo que nos hace discutir. Es el sentirnos ofendidos, atacados, menospreciados, o cualquier otro sentimiento que se desprenda de la manera en que nos hablan.

Nuestras reacciones emocionales a veces desconocidas nos hacen caer en discusiones no por el desacuerdo sino por cómo lo ha dicho el otro. Si anteponemos la convivencia al aprendizaje se hunde todo. Poniendo el acento en el aprendizaje mejora la convivencia, está comprobado.

Ahora que viene el segundo round con la nochevieja y comida de año nuevo, discrepa, salta de corazón, sé noble y sobre todo comparte desde la discrepancia, es un buen momento para aprender y compartir enfoques. Por último y en caso de que no funcione nada de lo escrito hoy, haz 100 copias del ¡Dos no discuten, si uno no quiere! y empapela toda la casa!


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4 comentarios:

  1. Me ha encantado Diego. Como dicen los suecos, en un conflicto, nunca es solo la culpa de uno!

    "Una y otra vez me arriesgaré a decir que es uno mismo quien se defiende de sus miedos (de entrar en conflicto) y no tanto del tema de discusión."

    Genial otra vez. Duros con el problema, suave con las personas.

    Feliz año nuevo.

    Alvaro

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  2. Gracias Álvaro por pasarte por el blog con tanto entusiasmo!

    Te deseo que tengas unos días de navidad especiales y si hay conflictos como bien dices duros con el problema y suave con las personas.

    Feliz año!

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  3. Ja, ja, ja. ¡Excelente! Sobre todo desde la mirada que lo has encarado. Me encantó. Ahora a reflexionar: creo que tu post también tiene que ver con apartarse del juicio ajeno, ubicar lo importante en primer lugar y sobre todo, "no recibir "regalos" que no queremos recibir" como cuenta la famosa anécdota del sabio que decidió enfrentarse al guerrero. "Nadie puede herirte sin tu consentimiento" Eleanor Roosevelt. Saludos desde Argentina, Diego. Me alegra haberte encontrado para compartir. ¡Felicidades!

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  4. Gracias Rita por tu desembarco en el blog.

    Apartarse del juicio ajeno no es sólo una defensa, es tener la oportunidad de mirar qué hay detrás del juicio. ¿Qué motivos tiene para hacerlo cuando enjuicia?

    Evidentemente todos queremos crecer y profundizar en nuestros consentimientos hasta aceptar quien es el otro.

    A mi también me alegra que hayas dedicado tu tiempo y energía!

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