Hoy estoy feliz e inspirado por haber compartido dos semanas intensas de formación y humanismo con emprendedores vascos.
En particular quiero destacar por su tesón a los emprendedores del primer sector de Guipúzcoa como consecuencia de dos talleres formativos en liderazgo en Zizurkil, cerca de la siempre mágica ciudad de Donosti.
Emprendedores y personas que impulsan y contribuyen cada día gracias al Centro Integral Itsasmedikoi, que realiza la inserción y desarrollo rural a través de la formación. Centro integral que hace un trabajo incansable e imprescindible desde hace más de 100 años.
Me gustó, me inspiró que durante los dos días, todos de manera unida y respetuosa nos diéramos el permiso de despertar nuestro potencial personal a través del cuerpo, la voz y el corazón sin ninguna creencia que nos impidiera expresarnos artísticamente. Fuimos capaces de generar un espíritu de vitalidad en el aula, la sidrería y ese maravilloso valle para re-conectarnos con nosotros mismos y así transferir nuestra buena energía a los demás.
Existió una sensación de seguridad general y de vivir una gran fiesta de los valores humanos poniendo especial cuidado en el aprendizaje y el cambio en el liderazgo más personal. Se podía respirar una conciencia más amplia, más integradora y más abierta desde la identidad de quienes estábamos allí para mejorar la esencia de SER uno mismo en el ámbito del emprendizaje en el primer sector y por descontado en la vida.
No hay duda que los participantes eran flexibles y sutiles hasta el punto de crear, soñar e inventar desde una capacidad creativa ilimitada, que al mismo tiempo es un arma de doble filo. Ya sabemos que no hay peor encierro que el que fabricamos nosotros mismos con los límites autoimpuestos y la negación de una vida fluida e incierta.
Era genial ver como aceptaban de vez en cuando lo inesperado en los ejercicios teatrales porque allí encontramos cosas buenísimas desde valores como la honestidad, pasión y la autoestima. Y aunque hubiera miedo latente a lo desconocido, lejos de enclaustrarles despertaba lo brillante en ellos.
Por ello animo a estos fantásticos emprendedores vascos a que sigan conscientes de que aún sabiendo lo que quieren sueñen y se impulsen en sus locuras y sueños, al fin y al cabo un loco soñador sólo es una persona cuerda en desacuerdo con otros. Os pido que aceptéis tener mil dudas y decidir el reto de que no permanezca mucho tiempo en vuestra cabeza sea cual sea la experiencia o resultado.
Por último volver a confirmar y borrar del mapa mental la creencia de que los vascos no se abren a los demás. Sólo tienes que acercarte con afecto, tendiendo la mano con honestidad y verás que tienes un amigo para toda la vida. Gracias a mi compañera Ana Gete por estar cercana y los emprendedores por todos los emails llenos de amistad y fuerza para vuestro camino.
Completo este post con la contribución de Ainara "Nos pasamos la vida esperando que pase algo, y lo único que pasa es la vida, jamás entendemos el valor de los momentos hasta que convierten en recuerdos. Por eso haz lo que quieras hacer antes de que se convierta en lo que te gustaría haber hecho. No hagas de tu vida un borrador porque posiblemente no tengas tiempo de pasarlo a limpio..."
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